martes, 2 de junio de 2015

NI ANTES UN DESASTRE NI AHORA LOS MEJORES

Foto: Vélez Sarsfield

La frase pronunciada por Miguel Angel Russo, instantes después de la festejada victoria sobre Boca, refleja una gran realidad. Los altibajos del sentimiento del hincha saltan de la euforía a la decepción, sin escalas. Una buena actuación acompañada de un resultado feliz levanta muy alto los ánimos; una mala producción adjuntada a una derrota los tira hasta el último subsuelo. Es lo habitual en el emocional mundo del fútbol. Es el corazón y no la razón lo primero que destapa el amor a una camiseta. La adrenalina consumida en 90 minutos aflora apenas finalizan los partidos, y suele extenderse bastante tiempo más. Suele pasar, se entiende y quizás no esté mal. Los analistas deben tener la mente más fría y no dejarse dominar por la pasión, tener precaución y prudencia a la hora de examinar. Como bien dijo el técnico de Vélez, este equipo no era "un desastre", durante esa racha negativa, ni tampoco son "los mejores" por lo hecho ante Banfield y Boca. Es necesario encontrar un equilibrio. Entender que se trata de un plantel en formación, con un puñado de experimentados y una multitud de pibes. Llevará su tiempo acomodarlos, encauzarlos y darles una fisonomía. Mientras a sufrir las malas y a disfrutar las buenas, conscientes de no ser una maravilla un fin de semana y los peores el siguiente.

Guillermo Tagliaferri
@guilletaglia

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