Cuando lo conocí a Vélez, hace aproximadamente 3 años, quedé
enamorado de esa V azulada que viste a cada uno de los gladiadores que
la defienden, quedé enamorado de ese fútbol majestuoso que todos los
rivales temían, quedé enamorado de tanta mística y garra, esa garra que
nos dio tantos triunfos en la última década.
Peguemos
un salto a la actualidad. Hoy, exactamente a las 19:20 fue la misma
camiseta la que despertó, como aquella vez, algo muy fuerte en mí; esta
vez, sin embargo, el orgullo fue reemplazado por vergüenza, la euforia
por furia y la felicidad por tristeza. Ya no quedaba rastro de esos
gladiadores, de ese fútbol, no quedaba nada de esa garra.
Un
Vélez golpeado y fuera de toda competencia "se le paró de manos" a
Godoy Cruz, un candidato al título que de ganar quedaba solitario y en
la punta. Vélez, que jugaba por el honor, por salvar lo que quedaba de
temporada se paró en el césped con el 11 habitual. Pitido inicial; no
pasaron ni 10 minutos cuando un viejo conocido, Mauro Óbolo, en un
contraataque, mete un "taquito" y le cede la pelota a José Luís
Fernandez, quien arranca en mitad de cancha, donde 3 atacantes buscaban
la puñalada ante un inexperto Cardozo ya vencido. Gol de Godoy Cruz.
Posesión de un Vélez golpeado aunque ningún susto importante salvo una
pelota de Mauro Zárate que chocó en el palo de Carranza. Final del
primer capítulo.
Salida del vestuario y mas de
lo que ya conocemos, nada difería de los últimos 10 encuentros. Un Vélez
pobre que casi no aprovechaba la pelota, una línea del fondo dormida y
un mediocampo en el cual no se sentía la presencia de dos de los
volantes que ocupan el puesto. Nada a destacar salvo que,
lamentablemente, este horrible desempeño que acarrea el plantel se
estaba comenzando a generalizar. Esta displicencia, mal rendimiento e
inseguridades estaban contagiando a jugadores que realmente dejan todo
fecha a fecha, jugadores que se pueden contar con los dedos de la mano.
Vélez que hasta la mitad del segundo tiempo jugaba con 10, consecuencia
de la expulsión de Cubero por un golpe "malintencionado" en la cara de
un jugador de Godoy Cruz, no podía, simplemente no podía. Mas de lo
mismo, valga la redundancia.
Minutos después
Correa, jugador que pese a no haber tenido una actuación destacable, fue
de los pocos que "sudaron la camiseta", fue reemplazado por Roberto
Nanni quien con su buen pie, determinación y experiencia consiguió
ordenar un poco las lineas posteriores a mitad de cancha para Vélez.
Minuto 34, Héctor Canteros toma una pelota en la puerta del área,
desborda y coloca un centro a la cabeza de Facundo Cardozo. Llega el
empate pero de nada sirve, llega el grito pero vacío, sin fuerza, sin la
felicidad que este plantel nos generó en otras épocas.
Termina
el partido para Vélez que se vuelve al vestuario con 9 por la expulsión
de Roberto Nanni, quien supuestamente insultó al referí. Nada que
destacar, 1-1, que pudo ser abultado y a favor del equipo mendocino de
no haber sido por el, nuevamente, enorme desempeño del guardameta
Sebastián Sosa.
Vélez, ojalá algún día te
despiertes, ojalá algún día vuelva al pueblo fortinero esa felicidad y
llanto de euforia que nos supiste dar, ojalá esta pesadilla termine y,
si se puede, ojalá podamos volver a gritar campeón cuando la tormenta se
vaya. Nada mas que decir, el 12 como siempre dejó todo en la cancha
pero, como dije antes, esta baja moral está afectando a todos y se
siente. Por favor Vélez, dejame soñar, dejame creer que volvemos a ser
ese 11 de hace 3 años. Por favor Vélez, demostrame que seguís siendo
Vélez, con las mismas filas llenas de guerreros, guerreros que fueron
sustituidos por almas en pena que deambulan por la cancha buscando volver a ser. Vélez, te espero acá porque solo me
quiero morir a tu lado.
ELIAS ALBACETE
@EliasAlbacete
ELIAS ALBACETE
@EliasAlbacete