lunes, 26 de mayo de 2014

ENTREVISTA A OMAR Y YAMIL ASAD







EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPIRITU VELEZANO

Desde Mundo Velezano venimos haciendo una serie de entrevistas y esta vez quisimos subir la apuesta al doble y encontrarnos con un ídolo histórico del club cuyo hijo ya juega en la primera división de Vélez; fue así que nos encontramos con Omar y Yamil Asad para tener un mano a mano imperdible donde se juntaron el pasado, el presente y el futuro de Vélez. 


Mundo Velezano (a Omar): ¿Cómo te definirías vos cómo DT?
Omar: Yo soy de los técnicos que no se casan con un sistema. Tenés que tener en cuenta el rival, la cancha, partido, circunstancia. Bianchi en el 94 en la pretemporada, nos dijo: “Muchachos, vamos a hacer un cambio en lo táctico porque creo que nos van a agarrar la mano, vamos a jugar 4-4-2”, y así salimos campeón de américa y del mundo. Y yo en el Tomba, en el primer semestre jugaba 4-3-1-2, con el mago Ramírez, y el segundo semestre que hicimos mejor campaña y más goles que el primero, 3-4-1-2 y nos fue bárbaro. Vos te tenés que ir moviendo, porque te agarran la mano, te conocen a los jugadores.
Yo soy partidario de que cada año que empieza, en cada categoría vos tenés que tener 30 jugadores. De esos 30 vos a fin de año tenés que pasar 10 obligatoriamente, 10 “veremos qué pasa”, los esperamos o no los esperamos y 10 afuera.
A mí me gusta ver la historia del jugador, el pasado del jugador, porque vos de ahí podés sacar un montón de cosas del jugador. Podés tocar las fibras íntimas de un montón de lados. Al jugador cuando vos lo sorprendés y lo convencés, después te da la vida, no hay peor cosa que un toro salvaje en tu contra, te va a hacer la vida imposible y te la va a ganar. Vos al tipo lo tenés que conocer, lo tenés que llevar.
Yamil estaba siempre con la ansiedad de saber qué iba a pasar con él, yo le decía que él tiene técnica, que hoy en día no se consigue fácil, que el entrenamiento físico lo va a conseguir, la altura la va a conseguir, la competencia y la experiencia es tiempo, o sea, él tiene que estar tranquilo. Igual él siempre estuvo convencido. Por ejemplo, cuando yo le dije que no iba a agarrar Vélez, él me dijo que se iba a romper el lomo hasta mitad de año. Y la rompió en reserva.
De hecho cuando surgió la posibilidad de que yo podía agarrar la dirección técnica de Vélez Yamil tuvo la madurez suficiente para decirme: “Papá, agarrá tranquilo, que si es necesario yo me voy a otro club para no mezclar las cosas”. (Cabe destacar por Mundo Velezano, que en ese entonces Yamil no venía concentrando con la primera de Vélez como ya lo está haciendo en este momento y jugando de muy buena manera).

Mundo Velezano (a Omar): ¿Vos lo tuviste al loco Bielsa, no?
Omar: Si, era una fiera. Chocamos en el primer semestre. Peleas, insultos, todo... Vinimos de perder con Brasil y nos fuimos al segundo piso a sacar los trapitos al sol, pero siempre puertas adentro, y como el plantel había ganado la Recopa estaba medio relax.

Mundo Velezano (a Yamil): Vos estás cumpliendo 20 ahora ¿en Vélez desde cuando estás?
Yamil: Y… creo que estoy desde los 7 u 8 años.

Mundo Velezano (a Yamil): O sea que hiciste toda la carrera en Vélez.
Yamil: Si, hasta la escuela hice (risas).

Mundo Velezano (a Yamil): Nos decías que en la categoría 94 estabas con…
Yamil: Si con la mayoría, estaba con Romerito, Piovi, Medaglia, Pérez Acuña, Cáseres, Ferreira…

Mundo Velezano (a Yamil): Imaginamos que al llegar a primera, con algunos que ya están y otros que llegan con vos, debe ser un envión bastante fuerte.
Yamil: Si, te da mucha tranquilidad eso, más por el vestuario, el día a día se te hace mucho más accesible. En cierta forma sabés que con ellos te criaste desde chiquito y siempre existe una amistad con ellos, y saber que hoy están en primera ayuda un montón.

Mundo Velezano (a Yamil): No tenés que cruzar más la calle de la Villa para ir a cambiarte al otro vestuario… (risas)
Yamil: No, no, ya está, ya no la cruzo más.

Mundo Velezano (a Yamil): Bueno, a tu viejo lo mudó el cabezón Ruggeri
Omar: Si, acá en Liniers, de vestuario, de puerta. Yo estaba en inferiores y siempre hablás de cruzar la calle de la villa. Nos decían “No queremos que estén más acá, queremos que vayan de la calle para allá y no vengan nunca más”.

Mundo Velezano (a Yamil): Y vos sos un 10, pero un 10 bien enganche… ¿Cuál es el lugar de la cancha donde te movés cómodo?
Yamil: Si, me gusta jugar en esa posición. Mi posición natural es de enganche. Atrás de los delanteros y delante de los volantes más ofensivos para tratar de asistir a mis compañeros. Creo que ahí me siento mucho más cómodo. De doble 5 también me siento muy cómodo pero mi posición natural es de enganche.

Mundo Velezano (a Yamil): ¿Y el Turu que te pide?
Yamil: Siempre tuve la mala suerte, o la suerte, de entrar cuando íbamos perdiendo y me dice que la agarre, que trate de asistir a los compañeros y que me mueva, que tenga mucha movilidad.

Mundo Velezano (a Yamil): Bueno, en el partido contra Nacional (PY) entraste vos, y creo que el Flaco (Nanni) y vos tendrían que haber entrado antes…
Yamil: Si, lo hablábamos con los compañeros ahí en el banco, mientras hacíamos la entrada en calor y todos, los 7, nos dábamos por posible cambio, pero bueno, llegó un poco tarde la cosa.

Mundo Velezano (a Yamil): Igual no te pesó para nada ese partido
Yamil: No, no. Sabía que no servía de nada el empate y yo estaba tranquilo. Trato de no escuchar mucho a la gente porque cualquier jugador que escucha a la gente se vuelve loco.
Omar (a Yamil): Eso habla muy bien de la cabeza, él te está diciendo como que vos agarrabas la pelota y parecía que tenías cinco años en primera. Eso habla de que estás muy bien de arriba.
Omar (a Mundo Velezano): Está bárbaro de la cabeza, sabe lo que quiere, entendió el partido, él sabía que a lo loco no se podía llegar, y en algún momento hubo una pausa, pero dio bien la pelota.

Mundo Velezano: Es que en esos partidos también hay que meter una pausa… Si yo te meto cinco delanteros y no te pongo alguien que lleve la pelota arriba, es inútil.
Omar: Si, acá pasó, me pasó a mí como entrenador, le pasó en Vélez a Bielsa con Ferro, metió a Cordone, Posse, Pandolfi, Husaín y Camps y salimos 0 a 0. Cinco delanteros metió. Pero bueno, más allá de la pausa, el jugador pensante, te puede agarrar una contra y se liquidó la llave. Aparte Yamil tuvo mala suerte. Entra con el partido empatado, ya lo habían echado a Romero, al minuto lo echan a Tito (Canteros), quedó solo en el medio, Correa por derecha, Taza (Cabral) por izquierda y los 3 puntas y atrás Cubero y Domínguez nada más.

Mundo Velezano (a Yamil): Vos tenés al mejor consejero, además de ser tu papá, pero de los referentes que tenemos hoy, con ustedes que están subiendo…
Yamil: Bien, la verdad bien, unos fenómenos. A mí como a todos los chicos que subimos, no te hacen sentir esa diferencia de todo lo que ganaron ellos, la diferencia de edad, la calidad de jugadores que son. La verdad que nos tratan muy bien, nos hacen sentir cómodos  en el día a día. Nos juntamos todos, los chicos y los grandes a comer asado y la verdad que eso habla muy bien de ellos. Si fueran otro grupo capaz no se tomarían la molestia de juntarse con chicos. La verdad que muy buena la relación. Estamos todos muy integrados por suerte.

Mundo Velezano (a Yamil): ¿Y los “más grandes” les aconsejan?
Yamil: Sí, todo el tiempo. Domínguez, Cubero, Sabia, que son los más grandes siempre nos aconsejan para bien y yo siempre los voy a escuchar. En las piezas nos mezclan, grandes con chicos.

Mundo Velezano (a Yamil): ¿Te gusta concentrar?
Yamil: Lo tomo como parte del entrenamiento. De chiquito ya sabía que se concentraba. Al principio era la emoción de concentrar, a medida que van pasando los partidos te dan menos ganas pero es parte del trabajo.

Mundo Velezano (a Yamil): ¿Es verdad todo lo dicen que les hacen los grandes en la concentración como usarlos de mozos? Trame esto, alcanzame lo otro…
Yamil: Si, los grandes son bravos con nosotros los más chicos (risas), pero lo hacen bien, para romper el clima, generar un buen humor, nada más.

Mundo Velezano (a Yamil): Y ahí tienen de todo, ping pong, pool, play…
Yamil: Si, la play es lo que más cotiza, jugamos 4 contra 4, 3 contra 3.
Omar: Está bien lo de los juegos y la distracción, antes salíamos del hotel nosotros teníamos que hacer varias cuadras para ir a la calle Florida a los juegos. Pero está bien que los tengan ahí, la concentración está para eso, para comer, convivir y descansar, nada más.

Mundo Velezano (a Yamil): Y tienen los horarios estrictos para comer, desayunar, etc., ¿no?
Yamil: Si, cada vez que se termina una comida ya te dicen el horario para la otra.

Mundo Velezano (a Yamil): ¿Y cómo es el tema de la música? Está la banda del rock & roll y está la cumbia por otro lado. ¿Quién gana?
Yamil: Y, hay un duelo ahí (risas). Está Domínguez, Pratto, Papa con el rock, pero son más los de la cumbia. Hay un cuarteto ahí que están Tobio, Canteros, Zárate y Cabral y después estamos todos los pibes.

Mundo Velezano (a Yamil): ¿Y sos de mirar partidos de tu papá?
Yamil: No, ahora ya no tanto. Antes cuando era chico miraba los goles. Partidos enteros creo que no miré ninguno.

Mundo Velezano: Qué loco todo, ¿no? Sos consciente de que cuando tu papa estaba ganando la libertadores y la final del mundo, vos estabas naciendo?... Viniste que la panadería  bajo el brazo (risas).
Omar: Si, cuando estábamos jugando la Libertadores, nació Yamil y en un partido contra Minervén, la semana siguiente, yo festejé haciendo el gesto de acunar al bebé.

Mundo Velezano (a Omar): Definitivamente, el ’94 fue un gran año para vos

Nunca van a alcanzar las gracias para estos dos gigantes. Tanto Omar como Yamil se brindaron por completo para que esta charla llegue a ustedes. Ojala la disfruten tanto como la disfrutamos nosotros al realizarla.


Producción: Andrea Lopata
Edición: Natalia Livschitz

Entrevista:
Andrea Lopata
@andreacarinalop

Juan Pablo Muzzio
@jpmuzzio72

Natalia Livschitz
@natalialiV

ASÍ ME ENAMORÉ: ELÍAS ALBACETE




7 de octubre de 2010, una noche nublada fue que visité por primera vez en mi vida aquel estadio desconocido para mí, por lo que había leído se le llamaba "el fortín de Liniers" pero yo nada sabía. Yo no tenía ni idea de que ese día conocería al amor de mi vida. 



Vivo en Lanús, ese mismo día tuve el placer de visitar el José Amalfitani para vivir un recital que jamás olvidaré, y no por la banda en sí, más bien por lo que les contaré a continuación...



Llegué al atardecer al estadio, cacheos y revisiones correspondientes, entrada en mano y adentro. Caminaba por las instalaciones exteriores de la cancha sin saber lo importante que se volvería aquel lugar para mi vida. Caminaba hacia la puerta correspondiente, bajé las escaleras, un par de metros y fue en ese mismo instante, cuando entré por la boca central de lo que corresponde a la popular este, fue en ese momento que quedé maravillado. No podía creerlo, el escenario y la gente habían quedado en un segundo plano, esas tribunas, las dimensiones, las plateas, todo. Tenía algo especial y de alguna forma yo me sentía en casa.



Tiempo después del recital yo recordaba aquel lugar mágico, y empecé a interesarme en el club, su trayectoria y su fútbol semana a semana. Veía todos los partidos y me emocionaba al ver el exquisito fútbol de aquel extraño equipo. Fue desde entonces que sigo a Vélez. La gente dudosa me preguntaba "¿Y vos de qué cuadro sos?" yo, con orgullo, les contestaba "de Vélez". 



Lo demás es historia, partidos, goles, campeonatos y vueltas olímpicas. Unos años después de aquella noche me atreví a volver al Amalfitani y desde entonces fin de semana por medio estoy ahí, en esas tribunas que supieron "chamuyarme", seducirme y enamorarme, alentando a El Fortín.



Yo no lo sabía, pero esa noche concebí matrimonio con ese amor  que voy a querer y respetar en la pobreza y en la riqueza, en la salud y en la enfermedad y hasta que la muerte nos separe.



Así me enamoré de Vélez.



Elías Albacete

@EliasAlbacete